Cronos y Cromos. Notas sobre el color en el cine.
Dr. Manuel López Monroy
Si bien el cine está conformado por un complejo conjunto de elementos de significación que entre otros incluye el lenguaje corporal y las estructuras narrativas tanto como el sonido y la música, se reconoce que algunos de los principales componentes del lenguaje cinematográfico son fundamentalmente visuales. Hablar de visualidad supone considerar conceptos como forma, luminosidad, composición, y por supuesto color. El color es uno de los principales componentes de la significación en el cine. Aunque no todo el cine es narrativo, el color forma parte del sentido de una película y contribuye a desarrollar un relato en términos cinematográficos y a contar una historia. De manera similar a como lo hace la música, el color influye intensamente en la percepción emocional de lo que nos presenta la pantalla, en ocasiones de manera profunda e inconsciente.
Como heredero de la técnica fotográfica, el cine empezó siendo acrómatico, o para decirlo con mayor propiedad, la representación visual de lo que se nos ofrecía en las primeras películas podía trabajar únicamente con una escala de grises. Producto de una serie de innovaciones tecnológicas desarrolladas a finales del siglo XIX, el nacimiento oficial del cinematógrafo ocurre el 28 de diciembre de 1895 cuando los hermanos Lumiere ofrecieron la primera proyección pública de imágenes en movimiento a un público que pagaba por verlas. Se trataba de un conjunto de diez escenas cotidianas en blanco y negro con duración de un minuto que a pesar de su brevedad causaron sensación. Esas primeras muestras fílmicas fascinaban a los espectadores, a quienes por una parte les sorprendía el enorme realismo de las imágenes en movimiento, y por otra parte les llamaba la atención la gran artificialidad y estilización de lo que se mostraba. En uno de los primeros textos en que se alude a este nuevo medio el escritor ruso Máximo Gorky describió en 1896 su esperiencia como espectador cinematográfico en estos términos:
“La noche anterior estuve en el Reino de las Sombras. Si supiesen lo extraño que es sentirse en él. Un mundo sin sonido, sin color. Todas las cosas -la tierra, los árboles, la gente, el agua y el aire- están imbuidas allí de un gris monótono. Rayos grises del sol que atraviesan un cielo gris, grises ojos en medio de rostros grises y, en los árboles, hojas de un gris ceniza. No es la vida sino su sombra”
Máximo Gorky 1896
Lo primero que se advierte del cine con respecto al color es su ausencia o, mejor dicho, su artificial limitación a un espectro cromático tan artificial como limitado. La paradoja entre la gran ilusión de realismo y la extraordinaria capacidad para evocarlo a partir de puntuales limites convencionales. Como el cine mismo, el color en las primeras películas es crudo realismo y simultáneamente profunda artificialidad. Los primeros intentos por “colorear” la imagen cinematográficas van a reflejar esa paradoja. Y es que al principio el color en el cine más que mostrar los colores del mundo, genera la sensación de ver colores añadidos, de encontrarnos con imágenes pintadas.
A partir de esas primera experiencias fílmicas, el cine paulatinamente irá creando sus propias convenciones y desarrollará su propia manera de narrar historias visualmente. El color en las películas no parecía representar una carencia importante ya que la fascinación de la imagen cinematográfica residía fundamentalmente en su capacidad para capturar el tiempo y representar el movimiento. Sin embargo muy pronto surgió el interés por ofrecer una gama cromática más rica y elaborada. En fechas bastante tempranas hay ejemplos de estas propuestas. Desde los primeros años del siglo XX. pueden encontrarse películas en que se coloreaban fragmentos de algunas películas mediante diversos procedimientos, generalmente manuales, que entintaban la imagen o coloreaban partes del fotograma, o incluso procedimientos más complejos y elaborados que buscaban recrear la cualidad cromática de la realidad. Técnicamente competían dos procedimientos incompatibles: el uso del sistema aditivo, en que se empleaban sistemas de proyección de diferentes colores; y el uso del sistema sustractivo, en que la película contenía algún tipo de pigmento que se proyectaba con luz blanca.
Un primer ejemplo de sistema aditivo fue desarrollado en Inglaterra por George Albert Smith en 1908. Smith formaba parte del grupo de realizadores que los historiadores del cine identifican colectivamente como Escuela de Brighton. Se trataba de fotógrafos que solían desarrollar su labor en la ciudad costera de Brighton al sur de Londres, sitio concurrido por los turistas y donde existía una gran demanda veraniega de productores de imágenes. Considerado el primer sistema de registro del color, el procedimiento de Smith fue patentado como Kinemacolor y consistía en un par de rollos blanco y negro que paralelamente y por medio de filtros habían registrado escenas separadas para el color verde y el color rojo. Presentadas a través de un sistema que alternativamente proyectaba luz roja o verde, mostraba al espectador una imagen de colores cercanos al modelo original aunque circunscritos a una paleta limitada.
Se tiene registro de más de cincuenta películas realizadas con este sistema, entre ellas algunas escenas perdidas de “El Nacimiento de una Nación “de D. W. Griffith. Actualmente se conservan únicamente tan solo algunos fragmentos de películas filmadas con Kinemacolor entre 1909 y 1918, uno de ellas realizada incluso en Japón.
Más común, y popular fue el empleo del sistema sustractivo. Las películas se “viraban” o teñían de algún color y en ocasiones escenas diferentes recibían tratamientos diferentes. Una escena nocturna por ejemplo se presentaba en tonos azules mientras que un paisaje soleado se mostraba en cálidos tonos amarillos o naranja.
El frio es convencionalmente tan azul como puede serlo la noche y el día es tan artificialmente amarillo como puede serlo el verano. La convención del color enfatiza su capacidad simbólica más que su disposición al realismo. Este procedimiento fue el más popular sistema de imagen cinematográfica en color y se utilizó de manera comercial hasta finales de la década de 1920.
Tanto el sistema aditivo como el sustractivo eran intentos por ofrecer una imagen más realista que el banco y negro, y lo que solían producir era el efecto contrario al enfatizar lo artificial de la representación. La ambigüedad antirrealista del color en el cine es evidente en las primeras películas narrativas como en algunos trabajos del realizador francés Georges Melies, inventor del espectáculo cinematográfico y uno de los primeros en ir más allá de la aplicación de recursos teatrales al cine. Con enorme paciencia y armado de herramientas tan tradicionales y rudimentarias como acuarelas y pinceles, Melies coloreaba directamente sobre la película algunos de los elementos del fotograma. Existen algunos notables ejemplos de este procedimiento, el más fascinante es tal vez la copia coloreada que ha sobrevivido de su clásica película de 1902 “El viaje a la luna”
Este procedimiento de entintado selectivo y manual fue utilizado por algunos otros realizadores como el norteamericano Edwin Porter, autor de “El gran asalto al tren” (1903). Considerada la primera película “western”, un género que ya entonces se nutre de manera importante del color y que más adelante nos dejará algunos de los ejemplos más significativos del manejo del lenguaje cromático en el cine.
Otras técnicas como la desarrollada por el productor francés Charles Pathé y bautizada como pathe color, utilizaban un sistema de stenciles que permitía colorear de manera mecánica, ya no manualmente, determinadas zonas del fotograma. Es posible ver ejemplos de este procedimiento tanto en el formato estándar de 35mm como en el formato de 9.5 mm también patentado por Pathé.
Estos intentos por incorporar el color en el cine de manera limitada se siguieron utilizando hasta principios de la década de 1930 en que dos grandes innovaciones tecnológicas transformaron de manera importante la industria cinematográfica. La primera es la posibilidad de registrar sonido sincronizado, la segunda innovación es el desarrollo de sistemas fotográficos para producir películas en color. El procedimiento más perfeccionado para conseguir ese objetivo fue el norteamericano Technicolor.
The toll of the sea. 1922. Primera película en utilizar el sistema sustractivo Technicolor de dos componentes.
Desarrollado desde la década de 1920, el sistema technicolor inicialmente utilizaba dos rollos de película negativa blanco y negro que por medio de filtros lograban el registro separado de los colores verde y rojo. Una primera versión del technicolor aplicaba el principio aditivo con imágenes intercaladas y un sistema de proyección especial que alternaba luz verde y roja. Una segunda versión del Technicolor, ya más popular, empleaba el sistema sustractivo a partir también de dos rollos de negativo, de de los que se obtenían dos rollos positivos coloreados de rojo y verde que se proyectaban simultáneamente en proyectores de luz blanca.
Hacia principios de la década de 1930 se desarrolló un sistema de tres rollos de negativos a partir de los cuales se imprimía un único material fotográfico positivo que convincentemente reproducía los colores originales. Se empleaban enormes y voluminosas cámaras capaces de registrar separadamente tres rollos de negativo, uno para cada uno de los colores primarios por medio de complejos sistemas de arrastre mecánico.
El conflicto entre el realismo y la artificialidad está también presente en estos primeros procedimientos Technicolor. La necesidad de filtrar la imagen provocaba que la cantidad de luz que llegaba al negativo fuera mucho menor a lo normal, lo que aunado a las limitaciones de la sensibilidad fotográfica de entonces producía imágenes subexpuestas y con poco contraste.
El sistema Technicolor producía inicialmente colores de poca intensidad y se encontraba técnicamente limitado por la velocidad de obturación que dependía de la velocidad de paso de la película en la cámara, velocidad que se había estandarizado en 24 cuadros por segundo. El cine de dibujos animados no tenía esa limitación y la idea de trabajar con dibujos en color seducía a los productores de animación. Walt Disney obtuvo un contrato de exclusividad con Technicolor y produjo en 1932 “Árboles y flores”, la primera película comercial en utilizar el sistema sustractivo Technicolor de tres componentes y primera película de animación en color.
Los colores aquí cumplen una función simbólica y narrativa explícita. Los componentes anecdóticos y melodramáticos en conflicto: la vida y la naturaleza en contraste con la muerte y lo inanimado se manifiestan en elementos como el agua por un lado y el fuego por otro, y por sus colores asociados: el verde de la vegetación y lo azul del agua en oposición a los tonos pardos, casi grises, de lo inanimado y al rojo del fuego. Ese primer ejemplo de aplicación simbólica del color, de clara derivación pictórica, demostró ser de gran eficacia y estableció un referente para todo el cine de dibujos animados posterior. Sigue percibiéndose la sensación de que se trata de una imagen pintada o coloreada, pero la convención representativa del dibujo permite una integración suficientemente equilibrada de los elementos que intervienen en ella. La película encontró una buena aceptación con el público y la crítica, lo que proporcionó a Walt Disney un reconocimiento de la Academia de Cine Norteamericana, el primero de los muchos premios óscar que obtuvo a lo largo de su carrera, y contribuyó también a alimentar entre los productores el interés por la potencial capacidad comercial del cine en color.
La primera película de acción viva que utilizó el sistema technicolor de tres componentes fue “La cucaracha”, un cortometraje de 1934 supuestamente ambientado en México.
Hacia mediados de la década de 1930 la tecnología cinematografica en color parece demostrar que tiene la madurez necesaria para enfrentar el reto de los largometrajes. Si bien los productores de cine industrial observan con escepticismo los nuevos procedimientos son capaces de advertir el atractivo de una película en color. En efecto, no pasará mucho tiempo para que se se se inicie la aventura del cine en color en la industria cinematográfica.